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Los Estados Unidos de Ronald Reagan

La mesa redonda, Los Estados Unidos de Ronald Reagan, en la que participaron el Dr. D. Florentino Portero, profesor de la UNED y la Dra. Dª. Carmen de la Guardia, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, comenzó con un análisis de la herencia presidencial que dejó Jimmy Carter a Ronald Reagan. Las elecciones de 1976 dieron el triunfo a Carter, candidato demócrata, el cual daba síntomas de proximidad al pueblo. Este presidente mostró un interés por las políticas sociales, especialmente, con la educación. Sin embargo, su política de lucha contra la inflación y de estímulo económico resultó contradictorio y poco efectivo. Además, su política exterior fue percibida como una expresión de indefinición y debilidad. Una mezcla de todo esto provocó que una buena parte de la población norteamericana reclamara una política de firmeza. Por lo que la falta de liderazgo, la confusa política exterior y la incapacidad para hacer frente a la delicada situación económica del país acabaron con la popularidad del presidente demócrata.

Ronald Reagan se convirtió en el cuadragésimo presidente de los Estados Unidos, ya que consiguió imponerse precisamente a Carter por más de nueve puntos (50,7% frente al 41%), ganando en 44 de los 50 Estados. Hombre de ideas sencillas, basadas en los valores más tradicionales del colectivo americano: creencia en Dios, en el esfuerzo personal, en la iniciativa privada y en la actitud emprendedora. El nuevo presidente norteamericano creía que la recuperación moral y material del país era la condición para alcanzar un nuevo prestigio internacional con el que liderar la lucha contra el comunismo soviético, por lo que consideraba que esa tarea de recuperación sólo podía venir del esfuerzo individual, especialmente de las empresas, y no del estado. El debate entre los dos profesores tuvo una dimensión especial en la contradicción de su política económica. Mientras, que por un lado pretendía disminuir el papel del estado, su política internacional le obligó a elevar los gastos militares, que llegaron a alcanzar la increíble cifra de 300.000 millones de dólares.

En cuanto a la política exterior Reagan tomó posesión de su cargo con la noticia de la liberación de los rehenes de la embajada de Irán. Años después, Irán tuvo relevancia en el plano internacional con el escándalo conocido como “Irangate”, tras conocerse que se vendieron armas a Irán cuyo beneficio fue utilizado para rearmar a la contra nicaragüense para que pudieran eliminar al régimen sandinista, que había accedido al poder tras derrocar al régimen dictatorial de Anastasio Somoza, cliente político de Estados Unidos. Además, apoyó a las dictaduras del El Salvador y Honduras. Otro de los puntos importantes a resaltar de la conferencia, dentro de la política exterior, fue las relaciones entre Reagan y los diferentes líderes mundiales, como por ejemplo, Mijaíl Gorbachov, secretario General Soviético, Margaret Thatcher, primera ministra del Reino Unido, y Karol Wojtyla, Papa desde 1978, que culminarían con el final del mundo soviético. Cuestión que se enlazará con las próximas mesas redondas.

Los ponentes hicieron especial hincapié en el aumento de la pobreza que trajo consigo las reformas del gobierno de Reagan. Los primeros pasos de la Administración republicana tuvieron un contenido claramente económico. Este gobierno diseñó una nueva política fiscal basada en una reducción sustantiva de los impuestos para reactivar la economía y una simultanea disminución de los gastos del gobierno federal. Además, su perspectiva individualista le llevó a privilegiar la actividad empresarial disminuyendo todos los elementos de regulación financiera que a su juicio no ayudaban al libre desarrollo del mercado. Cuestión que hoy en día muchos economistas sitúan como la causa principal de la crisis económica actual.

Por lo tanto, los resultados económicos de la Administración Reagan fueron importantes, pero con grandes sacrificios, como por ejemplo, la existencia de una persistente bolsa de pobreza que rondó el 14,5% de la población total y un creciente desigualdad social. Aspectos que no influyeron en las siguientes elecciones, pues la reelección de Reagan demostraba que más allá de la economía, la firme política internacional produjo una rápida recuperación de la moral dentro de la sociedad americana, dejando en un segundo plano los recortes sociales y el aumento de la pobreza.

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