CLARA CAMPOAMOR Y VICTORIA KENT: HÉROÍNAS Y VILLANAS
La primera sesión del seminario, Héroes y Villanos de la historia reciente en la Península Ibérica, tuvo como protagonista a Clara Campoamor y Victoria Kent. La mesa coloquio estuvo formada por Carmen de la Guardia, profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, y Susana Sueiro, profesora de la UNED. Las conferenciantes pusieron hincapié en cuatro cuestiones: orígenes de las protagonistas, trabajo y orientación política, discusión sobre el voto femenino en las cortes y, por último, el exilio.
Con respecto a la primera cuestión, los orígenes, las conferenciantes expusieron como Campoamor nacía en febrero de 1888, mientras que Kent lo hacía en marzo de 1891. Sus familias respectivamente eran de origen humilde. La primera de ellas era hija de María Pilar Rodríguez Martínez, costurera, y Manuel Campoamor Martínez, contable en un periódico. Por otro lado, Victoria Kent fue criada por su padre, comerciante de zapatos, y su madre, que era ama de casa.
Otra similitud la encontramos en que ambas estudiarían derecho y llegarían a ejercer como abogadas. Por un lado, Victoria Kent ingresó en 1920 en la Facultad de Derecho. Se licenció a los cuatro años. En 1925 realizaría sus primeras intervenciones como abogada. Una de las cosas que destacaría la ponente, Carmen de la Guardia, fue que en 1930 ejerció ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina, por lo que fue la primera mujer en intervenir ante un tribunal de Guerra; por otro lado, Clara Campoamor iniciaría sus estudios en Derecho. Se convirtió en una de las pocas abogadas españolas de la época. En 1925 sería la segunda mujer en incorporarse al Colegio de Abogados de Madrid, un mes después que Victoria Kent. En cuanto a la orientación política ambas eran republicanas. Campoamor sería diputada por el Partido Radical en Madrid en las elecciones de 1931. Por el contrario, Kent fue elegida, en las mismas elecciones, como diputada por el Partido Republicano Radical Socialista. Aquí las conferenciantes dejaron claro que las mujeres en 1931 no podían votar, pero si podían ser elegidas.
En tercer lugar, las ponentes hablaron sobre los debates que se dieron en las Cortes para legalizar el voto de la mujer. Campoamor luchó por lo que ella pensaba que era la no discriminación por razón de sexo. Esta cuestión provocó un gran debate entre los grupos de izquierdas, pues eran bastantes los que pensaban que la mujer estaba muy influida por la iglesia, por lo que su voto iría a la derecha. Así, una de ellas era Victoria Kent, contraria al voto femenino por esta circunstancia. La votación en las Cortes demuestra la gran división: 161 votos a favor, 121 en contra y 128 abstenciones.
En este punto hay que señalar que en las segundas elecciones generales de la República para las Cortes, que tuvieron lugar en noviembre de 1933, por primera vez las mujeres pudieron ejercer su derecho al voto. Los resultados dieron la mayoría a los partidos de centro-derecha, lo que proporcionaba una mayoría parlamentaria a la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), con 115 escaños, y el Partido Radical, con 104. Con estos resultados, el período entre noviembre de 1933 y febrero de 1936 se conoce como Bienio Radical Cedista o rectificador, más conservador que el anterior. Sin embargo, los análisis que se hicieron en el momento desde la derecha a la izquierda, hasta el Vaticano, que señalaban cómo el voto femenino había sido uno de los que dieron la victoria a la coalición centro derecha. Hay que matizar que si hubiera sido así en 1936 esas mujeres habrían vuelto a votar a la derecha, pero no fue así, ganando el Frente Popular. Por lo que la historiografía pone énfasis en otras cuestiones como puede ser el desencanto popular o la abstención de los anarquistas.
Por último, las conferenciantes hablaron sobre los exilios de Campoamor y Kent, los cuales fueron muy diferentes. Clara Campoamor, al estallar la Guerra Civil se exilió a París donde escribiría La revolución española vista por una republicana, en 1937. Más adelante vivió en Argentina, intentó regresar a España a finales de 1940 pero era considerada como masónica, por lo que la fue imposible. En 1955 fue a Suiza donde se quedaría hasta su muerte en 1972. Este exilio fue muy duro, pues se encontró sola. Campoamor tenía como objetivo volver a España, objetivo que nunca cumpliría. Por otro lado, Victoria Kent tuvo un exilio algo mejor. En 1948 saldría de España a México, donde estaría poco tiempo. En 1950 fue a Nueva York, allí entre 1951 y 1957 fue ministra sin cartera del Gobierno de la República desde el exilio. Victoria Kent, al contrario que Campoamor, sí que pudo volver a España en 1977. Sin embargo, regresó a Estados Unidos donde murió en 1987.