LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA: del relato a la historia
Eduardo Herrerín Torres
El nuevo seminario, la Transición española del relato a la historia, se ha puesto como objetivo general desentrañar todos los aspectos que tienen que ver con el proceso histórico de la Transición en España. Actualmente, en el terreno político se está aceptando la visión de una Transición llena de pactos y consensos entre todas las fuerzas políticas del momento. Uno de los grandes objetivos de las charlas es determinar si esa afirmación es cierta desde un punto de vista histórico. Por ello, la primera sesión del seminario tuvo como protagonista el consenso durante algunos de los primeros pactos y leyes. El formato elegido fue la mesa coloquio, la cual estuvo formada por José María Marín Arce, de la UNED, y Carma Molinero, Catedrática de la Universidad Autónoma de Barcelona. El moderador fue Ángel Herrerín, Catedrático de la UNED. Ambos ponentes dibujaron varias líneas bien marcadas: por un lado, el desarrollo de la Transición; por otro lado, el inicio de los pactos y el consenso.
Con respecto a la primera cuestión, señalar la importancia de describir meramente el significado del proceso. Las transiciones a la democracia son procesos de naturaleza política que suponen el paso de un estado no democrático a uno democrático, y durante un tiempo conviven elementos e instituciones autoritarias con otras propias de la democracia. En este proceso, los primeros van despareciendo a favor de los segundos. En cuanto a las estrategias de transición pueden ser rupturistas o no. El punto de partida en España sería el 22 de noviembre de 1975, cuando Juan Carlos de Borbón se convirtió en el nuevo Jefe del Estado. A pesar de las expectativas que había generado en su discurso de proclamación entre una parte de la población, durante los meses siguientes no se produjeron cambios significativos en el sistema político. El nuevo Rey depositó las esperanzas en un hombre del régimen como era Arias Navarro, que formó un gobierno que no quiso romper con el pasado, dado que sus miembros o bien procedían directamente del Movimiento, o bien habían ocupado distintos cargos políticos dentro del régimen tanto en el ámbito nacional como en el internacional. El 1 de julio del mismo año, Arias Navarro después del fallido intento “pseudo-reformista”, que pretendía un franquismo sin Franco, fue destituido como presidente. El Rey Juan Carlos I nombró nuevo presidente del Gobierno a Adolfo Suárez, que inició un proceso real de transición y cambio. Llegados a este punto, los conferenciantes hicieron hincapié en la sociedad civil. Y señalaron de vital importancia para el devenir de la Transición, pues gracias a esa lucha no se aceptó la vuelta atrás y se consiguieron grandes avances en derechos de todo tipo.
Con respecto a la segunda cuestión, el consenso y la vía aceptada para llevar a cabo dicha transición, los conferenciantes expusieron cuatro momentos fundamentales: la aprobación de la ley para la reforma política, la legalización del Partido Comunista de España, la ley de amnistía y los Pactos de la Moncloa. La primera de ellas, la principal vía fue la propuesta por Torcuato Fernández Miranda, presidente de las cortes franquistas. Este proyecto se basaba en la aprobación de la Ley para la Reforma Política. La aprobación de la ley produjo grandes tensiones en las cortes, pues derogaba el sistema político franquista y convocaba unas elecciones libres. Las primeras elecciones democráticas desde la Segunda República fueron el 15 de junio de 1977, donde el partido de Suárez, Unión de Centro Democrático, fue el más votado; la segunda de ellas, los conferenciantes expusieron que la legalización del PCE, 9 de abril de 1977, marcó un punto de inflexión en el proceso de la Transición. La necesidad de ir a las elecciones sin restricciones era de vital importancia. Los personajes que venían del régimen como Manuel Fraga se opusieron rotundamente a ello. En este punto, los ponentes señalaron la preocupación que generó esta decisión, ya que el ejército, hasta ese momento, había apoyado tácitamente la acción de Suárez. Sin embargo, la decisión de legalizar a los comunistas, enemigos del franquismo, sin ningún tipo de consulta a la cúpula militar hizo tambalear la llegada de la democracia.
En tercer lugar, la ley de la amnistía generó discrepancias entre los conferenciantes y los asistentes. Esta ley establecía la amnistía a todos los actos de intencionalidad política antes del 15 de junio de 1977. Sin embargo, también se aplicaba a las autoridades, funcionarios y agentes del orden que hubiera cometido delitos o faltas en las persecuciones o hubieran violado los derechos de las personas. Aquí el debate se centró si la sociedad sabía que se iba a amnistiar a torturadores y a torturados a la vez, y también si se podría hablar de una autoamnistía. En esta última cuestión, Carma habló en contra de esa idea, ya que Alianza Popular, la cual venía del Movimiento, no la secundó, y serían los que tendrían que velar por ella; Por último, se comentaron los Pactos de la Moncloa firmados el 15 de octubre de 1977. Éstos sobre todo tocaron el ámbito económico con la crisis que asolaba España. Sin embargo, también fueron en materia política (libertad de prensa, delito de tortura, se derogó la estructura del Movimiento Nacional…) o en el terreno social, con derechos sobre las mujeres reformando en el código penal en lo referente a la despenalización del adulterio y el amancebamiento, entre otros. Hay que hacer hincapié, en que nuevamente este acuerdo no fue suscrito únicamente por Manuel Fraga de Alianza Popular.
Para concluir, a modo de resumen, a lo que se refiere al consenso, la Transición pasó por diferentes momentos que no pueden caer en el olvido. Hemos hablado del gobierno inmovilista de Arias Navarro, que era continuista con las bases de la dictadura. Por otro lado, los partidos que habían formado parte de la oposición al régimen de Franco apostaron, en un primer momento, por la ruptura. Sin embargo, con el devenir de la transición éstos, como fueron el PCE y el PSOE, optaron por posiciones reformistas. Mientras que los partidos provenientes del franquismo defendían un continuismo con ciertas “reformas”. La llegada de Suárez al gobierno provocó el inicio real de la transición. El nuevo presidente comenzó las reformas y leyes para llegar a un estado democrático, donde se buscaba el consenso de los diferentes partidos. Sin embargo, no hubo un consenso generalizado, como hemos visto anteriormente, Alianza Popular votó en contra o no secundó numerosas leyes y reformas. Hay que señalar que la Transición fue llevada con mucha cautela, pues existían poderes unidos al régimen que podían cambiar el devenir de la transición, como era el ejército. Uno de los momentos más tensos fue el fuerte rechazo del ejército en la legalización del Partido Comunista, donde se abrió así el camino a las operaciones golpistas que se producirían en los siguientes años. Por último, hay que señalar que es muy difícil pretender desde la visión del momento cómo se debía haber actuado, ya que el contexto y los condicionantes son muy diferentes a los actuales. Por lo tanto, hay que abogar por hablar de la Transición desde un punto de vista histórico.
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