REPUBLICANOS
La cuarta sesión del seminario, El laberinto político español, tuvo como protagonistas a los Republicanos. La mesa coloquio estuvo formada por José Álvarez Junco, de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), y Nigel Townson, también de la UCM. Ángel Herrerín, una vez más, se ocupó de moderar la sesión.
La conferencia tuvo tres líneas fundamentales: en primer lugar, la definición de republicanismo tanto en general como en España; en segundo lugar, su evolución dentro de las fronteras; y, por último, el republicanismo hoy en día.
Antes de nada, ambos profesores señalaron la importancia que hay que otorgar al concepto transnacional. Álvarez Junco definió este término cómo lo que supera la historia nacional. El profesor hizo hincapié en cómo la visión nacionalista de la historia sería el prisma deformatorio que nos impide comprender el pasado. Así, hablar de historia de España y aplicarla al siglo I, II, X…, es no comprender que había otras realidades políticas y culturales diferentes al estado nacionalista. Por lo que la nación no puede ser tomada como un sujeto único y permanente del pasado.
En cuanto a la primera cuestión, ¿qué es ser republicano?, los ponentes expusieron cómo se trata de un término bastante complejo. Hay numerosas repúblicas: unitarias, federales, democráticas, dictatoriales… A lo que se refiere en al ámbito nacional, surge a mediados del siglo XIX. A finales de 1830 hubo una reacción en contra de los obstáculos que la monarquía está poniendo en contra de la revolución liberal. Es decir, el republicanismo tenía el objetivo de derrocar a la monarquía y conseguir la democracia. Los conceptos republicanos y demócratas son casi equivalentes en las décadas 30,40 o 50. Nigel Townson señaló como el republicanismo en España no sólo constaba en la diferencia entre monarquía o república, sino que era mucho más. Este republicanismo se fijó bastante en Francia y la llegada de términos como libertad o igualdad. Además, se extiende la lucha contra el catolicismo, muy unido al poder del monarca. Se podría afirmar que los republicanos buscaban una reforma en todo el sistema de la España del siglo XIX.
En cuanto a la segunda cuestión, la evolución en España, hay que destacar cómo en septiembre de 1868, se da una revolución, denominada “La Gloriosa” o “Septembrina”, una sublevación militar con elementos civiles, que supuso el destronamiento y exilio de la reina Isabel II, y el inicio del denominado sexenio democrático (1868-1874). Después de éste período, se proclamó la República mediante las Cortes. Fue un régimen de enorme inestabilidad política, hasta cuatro presidentes se sucedieron en un año: Figueras, Pi y Margall, Salmerón y Castelar. Destacar algunos de los grandes problemas que tuvieron que afrontar: una nueva guerra carlista, sublevaciones cantonales y la guerra de Cuba, además de las conspiraciones militares para acabar con el nuevo régimen. El 4 de enero de 1874, el general Pavía encabezó un golpe militar. Las Cortes republicanas fueron disueltas y se estableció un gobierno presidido por el general Serrano. El período de tiempo que se conoce como “restauración” comenzaba en diciembre de 1974, tras un golpe militar del general Martínez Campos. El hijo de Isabel II fue proclamado rey de España con el título de Alfonso XII. Los republicanos quedaron marginados durante la restauración y su sistema de turnismo. Sin embargo, sobreviven en contacto con medios intelectuales y obreros.
El gran triunfo del republicanismo en España fue en 1931 con la llegada de la II República, ya expuesta durante éstos seminarios y años anteriores. La república proclamada tras las elecciones del 12 de abril de 1931, terminó con una cruenta guerra civil (1936-1939), con la derrota del régimen y la implantación de una férrea dictadura de casi 40 años. La gran represión ejercida por la dictadura franquista hizo que muchos republicanos tuvieran que exiliarse. Con la llegada de la transición, los ponentes expusieron dos vías fundamentales por las que no van a existir un disenso entre la sociedad de cuál es el régimen que se debería adoptar: por un lado, los republicanos exiliados se quedaron estancados en los problemas de la república, dificultades que ya no preocupaban a los españoles; por otro lado, el veto impuesto por la misma transición, unido a la política de consenso del Adolfo Suárez. Por lo que los republicanos fueron apartados por completo.
Por último, se hizo mención en el republicanismo de hoy en día. El profesor Álvarez Junco tiene claro que no es algo que preocupe a la sociedad en estos momentos, a pesar de las últimas “meteduras de patas” del antiguo jefe del estado. Además, puede existir cierta distorsión a la hora de juzgar si se prefiere una república o una monarquía. Cierta parte de la población asocia la república como desorden político, mientras que la monarquía se asocia normalmente a estabilidad.
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